sábado, 30 de julio de 2011

Desierta clausura




 Desierta clausura que oteas la distancia
y ahuyentas al amigo que se acerca a rescatarte.

¿Quién alentó el furor de tu semblante
y la enajenada locura que te envuelve perfumada?

Te dejaste seducir por ilusorias atalayas
donde el disfraz de la bruma cubre tu decadencia. 

El necio orgullo imprime su leyenda en tu frente
con fuego de hierro y herraje afilado.  

Pero tu no tiemblas de dolor porque ya dormitas
  como un alma muerta en la antesala del abismo.  

Los sueños se empobrecen mientras gritan tu nombre,
centinelas que  protegen tu destino.  

La erosión donde te aíslas, ¿mutilará el brillo
que en tu mirada todavía permanece y suplica?  

El silencio ansía permanecer en su estancia
guardando en sus entrañas el estallido del caos.

Y en su centro otras esencias retornan y mudan
su aspereza por un amable vaivén de esperanzas.

Un modesto surtidor de fina lluvia alivia al yermo valle,
    y el amanecer esmalta el perfil de las altas cumbres. 

¡Entrega tu amargo ritual sombra de las sombras!
y deja que la mudanza del porvenir renueve tu estirpe.

Derribad muros, abrid puertas, extender puentes...
El poder de la vida avanza aunque no lo entendamos.

...El anciano contempla el candíl que se apaga,
y desnudo de sí mismo cierra lentamente los ojos.

Apacible es el reposo que ampara su quietud
en un maternal regazo que invisible le sostiene.

El día avanza cumpliendo una vez más su nueva tarea
sin que el cerco de la incertidumbre pueda detenerle




07.2011   

    Virginia F.A.

   

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