martes, 28 de agosto de 2012

Erial




...Su cuerpo, desnudo y tibio
todavía se ampara en el lecho,
entre anhelos que apenas rozan
el erizado murmullo de su piel.

Desgarra un alarido el delirio
mientras la sangre y el sudor,
empapan en una tribal ofrenda
la vieja manta del camastro.

Su sueño se yergue en la marisma
con un liviano velo mortecino,
acariciando en una danza libertaria
la ausencia del amor en su vientre.

Todavía el olor de la noche le perturba;
aquel aroma de tierra mojada
resbalando en su silueta
como brisa esclava del estío.

Golpea la pared con su frente
cuando el dolor de la vida
le atraviesa la garganta y le oprime
hasta ahogar el grito donde se inmola.

Clava las uñas en su seno
fingiendo puñales de placer ardiente,
y deshauciada de si misma 
apura el néctar de la renuncia.

La soledad corroe sombras 
en la antesala que la luna ilumina;
mientras el abrazo de la locura
atempera su deseo y lo adormece.

Mañana... la rutina volverá sumisa
a rellenar los pliegues de su memoria;
un soliloquio estéril en su mutismo,
una mortaja de ceniza en su cabello...

08.2012
     Virginia F.A.
t

martes, 21 de agosto de 2012

Finaliza el festejo...

Z. Beksinski








...Finaliza el festejo, la música se desvanece
en la necedad del licor de la huída.


Toca retirada en la conciencia.
Y ya no cabe en la estéril pradera
una vida que ofrecer a la muerte,
un amor que arrancar del subsuelo,
unas entrañas donde sofocar anhelos.


Brindemos con el quebrado vidrio
de aquella copa que al deseo invitaba;
vestigios de una pasión que sostiene
espadas donde el filo es un espejo
cuando la sangre brota de la herida
y el latido final recorre las venas.
Apenas un minuto, sin arrepentimiento,
sin tregua para despertar de la quimera.


...Ellos falsifican el lodazal
plantando rosas en la yerma umbría .


Rasga tus vestiduras, hermano,
arrójalas al cieno, mi fiel amigo;
yo tan sólo puedo contemplar,
con los ojos cerrados ,
el temblor del ocaso en lontananza.
Y la barca del aqueronte
intentando avanzar río arriba,
allá donde el volcán hoy dormita...
para lanzar la inocencia a sus entrañas.


Aquella inocencia que envejeció solitaria
en el corredor sin límites de un oscuro penal.


Una arrugada hoja en blanco
como única y definitiva confesión,
lienzo que abarca cuanto soñar pudo un hombre
en la anarquía de su domesticado filtro.


Los dioses tallan su contorno una y otra vez,
 egoicos autómatas de su destreza. 
Hasta que el mármol se quiebra
y como inerte barro cae al suelo
que lo acoge en su seno  con benevolencia.


El paraíso es nada más un tosco embalaje,
filial de la sombra que el olvido rubrica.


21.08.2012
    Virginia F.A.
 

lunes, 13 de agosto de 2012

MERCADER DE ESPERANZAS

El Bosco








Ofrece oropeles donde el expolio reina,
bufón que pregona su mágico elixir,
con palabras que hipnotizan el vacío,
con promesas que hechizan la miseria.

La necesidad sucumbe a su astucia
cubierta por un resplandor de bengalas;
flases que deslumbran e invitan
a un ciego donativo que alimenta quimeras.

Engañosas máscaras le rodean cortesanas;
la perversa piedad y el yugo que esconde,
la decadencia en su dádiva de sutiles rejas,
el sesgo traicionero de ilustres decretos...

Desde su oscuro escenario entrega
una gota de miel que el amargor engaña.
Dulce cebo donde el ansia sucumbe,
mientras la mano traicionera enlaza saludos.

La mentira es un bautismo en su cortejo,
teología ilusoria que seduce en su falacia
imitando en su discursos dones y virtudes 
que el doliente aplaude en su vasallaje. 

Vendedor de un azar de sueños que se cumplen
sortea su secreto y los cobayas acuden...
Ronronea con los ojos entornados,
ebrio en el placer de su mercancía.

Falsifica la victoria con sus reverencias
mientras el automatismo le entrega su fianza.
Las voces disonantes se dispersan solitarias
en el frenesí de un fanático murmullo.

La ruindad oprime con doradas cadenas,
la frustración alimenta una endémica locura.
La mirada en la sombra del otro, en el suelo,
olvida que sobre su cabeza brillan las estrellas .

08.2012
Virginia  F.A.

SARCOFAGO DE NIEBLA

Santiago Caruso












Bajo un atrezzo de trincheras entre arena,
en el dosel de su sangrante sueño,
una muesca de luz sobre su frente
sesga su palidez con insistencia.

Naufraga en su apuesta a la vida
abrazando una muerte que no acude.
Como un trofeo ofrece las violetas
que en su mano puso la renuncia.

Firmó su sentencia en brazos de un destino
que le ofreció un breve instante de amor,
veneno que hoy se ciñe a su cintura
como única fianza de aquella promesa.

Rasga su vientre con la espada del dolor
nutrida por una sensual venganza.
Una última sonrisa...y tras de ella una mueca,
carmín con sabor a hiel que le deleita.

El salvaje grito en el eco se extremece
enajenando su ritual de angosto llanto.
Inunda sus cabellos con atrayente perfume
que aguijonea la piel en su caricia.

El mensajero acude a rescatarle
segando la maleza que oculta el camino.
Pero la noche y la bruma le sosprenden
al filo del barranco, donde sucumbe.

Tan sólo los buitres otean los espacios,
ansiosos de aquella presa en su agonía.
En las aristas de las rocas se perfila
un reguero de sangre entre violetas .

La escolta del silencio avanza en el ocaso.
Centellea en el semblante de la penumbra.
Epitafio que perfila el drama en su horizonte ,
ilusionista de olvidos cuando la luna asoma.

Unos pasos vacilantes se detienen
entre alargadas sombras de los hayedos.
...Sobre el musgo, el blanco de una túníca ,
delicada mortaja que cubre un último latido.

08.2012
Virginia F.A.