jueves, 21 de febrero de 2013

...el amanecer se sintió crepúsculo




Su túnica se arrastraba sobre el carril
de aquellas vías casi abandonadas...
Los pies descalzos,
los ojos cubiertos por un velo
y las manos en cruz.
 
Un ligero carmín en los labios,
camuflaje de escondidas lágrimas,
las violetas pintadas
en la palma de su mano
simulando aromas de incienso.
 
Y comenzó al bailar aquel vals
ceñida por una espesa bruma
serpenteando sobre su cintura;
los violines rasgaban sus cuerdas
vertiginosamente abstraídos.
 
Una batuta invisible se agitó en el aire
mientras el amanecer
se sintió crepúsculo,
los timbales sonaron al unísono
en un alargado acorde final ...
 
Quedó como un eco alejándose
el monótono sonido del tranvía.
 
18.02.2013
 
     Virginia F.A.        
 

sábado, 2 de febrero de 2013

SOLEDAD

August Brömse





                                                

Como la cúpula de un arcaico templo
me ofreces la levedad de tu morada,
caricia de huidiza madre
donde el hielo esconde volcanes.

Con tu savia de silencios
voy nutriendo grietas de la vida ,
aquellas que el cincel de un amor
quiso horadar para su permanencia.

Apuro la última gota de la fuente
que se agota en el abrevadero
de un recóndito camino
coronado de asilvestrada siembra.

Los arbustos me protegen
de la sombra de mi propio desazón;
y su tatuaje en mi cuerpo
no deja que el sopor me domine.

Abandoné el hogar y las cadenas
que ataban mis pies ,
pero quedan las argollas
alrededor de mis manos...

Las marcas de mis dientes permanecen
como huella de aquella voluntad en el hierro,
brillan a la luz de la luna,
y leo en sus trazos mi propio destino.

Soledad, amante perversa que mueres
sobre mi aliento en el caudal de un beso
que nunca llega al fondo de mi boca,
aunque hierve su olor en mis entrañas.

Tu imágen se apoderó de aquel rostro
que ya no puede acariciar mi deseo,
y congela su sonrisa al contemplar
mi cuerpo desnudo mientras dormito.

Me siento seducida por la ausencia
mientras el sudor empapa mis cabellos,
y convulsivamente la fiebre
 domina con ardiente abrazo.

Un rescoldo en mi atávico pesar
palpa mil piel con la evocación de sus dedos...
y el taciturno guardián de la memoria
me doblega en el bucle de su espejismo.

02.02.2013

  Virginia F.A.