sábado, 26 de mayo de 2012

UN LUGAR



Busco,
hoy también,
un lugar en el mundo...
donde reposar mi cabeza,
escuchar el latido de la tierra,
respirar bajo la bóveda del cielo.
Tocar mi cuerpo y saberme
sin pronunciar mi nombre,
despierta en el sueño
soñando en la vida.

Ayer,
encontré
horizontes que no exploraba
cuando el amanecer los iluminó
tras la desorientada noche.
Alguien dirigía mis pasos
cogiendo mi mano fuertemente
mientras distraía mi melancolía.

Visioné en sus ojos los senderos
por donde llevar ligera el alma.
Y su sencillez, maestra gentil,
hizo que florecieran mis orillas.

Hoy no tengo,
como entonces,
su mano cogida a mi mano,
su mirada en mi mirada,
sus palabras alrededor,
su llamada en la espera...

En su lugar,
el tiempo se acomoda
con su parpadeo continuo,
a veces envuelto en cómoda rutina,
a veces entre brumas disonantes.
Circundado por recuerdos
atávicos en su reiterada huella.
Gira como un carrusel
siempre  en la quieta imágen
que impone su retrato
quieto, acostumbrado,
en la repisa,
junto a una flor de papel.

Cuando lo contemplo
al mirar al frente dejando mis tareas,
en mi diario acontecer,
las lágrimas brotan irisando
el rincon de la sala
y el aire que respiro.

Y le llamo, 
una vez más,
sin que mi voz
pronuncie su nombre.

Me acurruco dentro de mi misma
sintiéndome huérfana de mi propia esencia ,
y mirando hacia la ventana
mi pensamiento se aísla,
se disuelve en el espacio
en un aparente vacío.

Miro el calendario,
¿qué día es hoy? pregunto.
Un dia cualquiera.
¿Hay recuerdos? Insisto
en un diálogo, casi juguetonamente.
Un día de Mayo...
Sí.

El archivo de la memoria se apresura
siempre insistente a buscar sus rincones,
intento evitar escucharle
porque ya sé lo que encuentra.

Un día como hoy, entonces ...
Mejor no me traigas esos anales,
pasé mil veces las hojas del cuaderno
y amarillea el blanco papel.

Busco,
sin más, 
eso es todo .
Tú, yo, nosotros ...todavía enlazados.
Sé que quieres que camine
por la senda que me señalaste.

Acompáñame solo un breve momento,
luego prometo no pensar en tí;
otros ritmos llevarán mis pasos,
me emocionaré con mis compañeros
de este viaje de  mi existencia.
Sonriendo,
te lo debo,
me lo regalo.

¿Estás riendo?  Ah!  como siempre.
Con qué ligereza tañes este instrumento
de mis emociones,
y lo arpegias con tu gracia.
Sigue... me gusta esa melodía.



26.05.2012




jueves, 24 de mayo de 2012

ACAMPADA




Ya crucé los abismos y sus negras oquedades,
navegué océanos bajo la tempestad
naufragando a lomos de un tronco
varando en una lejana isla. 

Con un hatillo al hombro vacío de pertenencias,
avancé por los caminos,
en el día y en la noche,
por prados y montañas,
valles y riberas...
Con el manto de la nieve,
el esplendor de la primavera.
Y cuando el sol fulgente del estío
desmayaba mi voluntad,
la sombra de un árbol me cobijaba
hasta que amarilleaban sus hojas.

Cruzando aldeas y cabañas
donde un plato caliente
y una sonrisa me fueron entregadas ,
al calor de su lumbre.

Con la melancolía en su mudez unas veces,
otras con una ligera lágrima
secándose 
al bajar por mi mejilla, dando paso
a una sonrisa callada
bajo las estrellas.

Calmé mi sed en los manantiales
y en ellos tambien refresqué mi frente.
El agua de la lluvia suave
donaba su frescura,
y en el aguacero, un refugio entre rocas
amablemente me protegía.

Curtidos los pies que avanzaban
en su rítmica cadencia;
centrado el pensamiento
en el vaivén de un nirvana
donde el alma se disolvía.

*********

Hoy acampo en el obsequio de un vergel
donde la brisa templada acaricia mi rostro,
y su beso hiende su triunfo
a mi lado desde el poniente,
con su saludo de buenas nuevas,
con el olor de aquellos abrazos...

Cierro los ojos y en mi capa descanso.
Tiendo mi cuerpo sobre la blanda tierra
que cálidamente dibuja mi silueta
mientras atardece.
Y entre en la espesura  del bosque se filtra
la rosada luz y su mensaje.

A mi lado, un pequeño reflejo,
un candil que la luna otorga
temprana sobre la hierva.

Y el amable dormitar
lentamente
extiende su mansedumbre.

El buho, vigilante,
entorna también sus párpados.

05.2012

miércoles, 23 de mayo de 2012

LA SOMBRA DE LA LUZ





Culpa e inocencia
caminan de la mano,
poderosamente atraídos
por un destino cruel.

En la insaciable antesala
se escribe su arrogancia,
y entre nebulosas líneas
traza su silueta sobre el suelo.

Un soborno de cálidas sombras
reposa en su lamento,
la sucia momeda sobre el patio
cara o cruz, ya lo sabes,
no preguntes.
El cielo acecha cuando tiemblas
y ruge sobre tu frente
enardecido en su paradoja.

No apartes la mirada
de la sangre que resbala en el pórtico.
Su olor se graba a fuego en tu boca,
su sabor será quien te acompañe
cuando en vano te arrepientas,
cuando finjas creerte su víctima.

Te arrastrarás en los espinos,
entre las afiladas rocas,
en las grutas del silencio.
Nadie escuchará tu súplica,
pobre desdicha que constriñe
tu cuerpo en infranqueables muros.

Y la locura, esa amiga infiel
que te promete dádivas de laxitud
y martillea en tus venas
con su cincel corroído,
marcando un rictus de terror
 en tu rostro dia a dia sin descanso,
te seguirá opresoramente
como rasgado espejo
donde el alma se refleja. 

No elegiste ese momento infame
en que tu brazo tensó el arco
ignorante entre la maleza,
impetuoso al rayar el alba...
Sentenciado estabas ya en tu elección,
en su quebradiza ligereza...

La perplejidad sesgó tus ojos
con filo de candente daga,
y deshonestamente te ofreces,
lastrado en tu avaricia,
como un mercader
que vende su vida. 


05.2012

jueves, 10 de mayo de 2012

Amaba las rejas...


Amaba las rejas de su laberinto
y el sombrío culto de su soledad,
danza de presagios y olvidos.

Amaba la herida que sangraba en su alma
con ansia de ser hermana del aire
emigrando hacia el sur.

Un porvenir cegado por sombras de volcanes,
errático sueño que destila su presencia
ceñía su inocencia.

¿Qué fué de aquella infancia sonriente
donde las espadas en alto segaban
el maná de los cielos ?
Nobleza de un alma
derramada en la marisma...

Y ahora emprendes el camino,
desde la sombra de tu sentencia
por el abismo de tu ruina.

Mientras tu frente acoge la luz temprana
y el silencio
se recrea en tu espejismo.

02.2012

Un antiguo pudor... (Desde la ventana)




Un antiguo pudor sitiado persevera en su celosía , extinguido su explendor  solo puede, en silencio , contemplar la rama de sauce que se asoma a su ventana.

Alarga sus manos envejecidas en el flanco del vacío, y en la niebla de sus ojos otra mirada contempla su atávico gesto, con amarga fascinación.

En vano desafía al destino...  Como sombra de su sombra se detiene en las aristas , deslumbrada en su reyerta, orgullosa del fuego que le consume; fría como un témpano y terrosa como el surco que un insaciable delirio arrastra sobre el cristal.

Llueve con trémula desgana, entre plomizas nubes que como ejercito ciego al combate , avanzan hacia el oeste.  Allá , donde recuerda aquel puerto, la nave anclada ,con el timón inmóvil y las velas recogidas , en su parsimonioso vaivén de amarre, como un reloj de monótono sonido.

Le fascina la evanescente batalla con la muerte en el deseo . Le solivianta perderse en el éxtasis de su sensualidad, con la pasión sujeta por los dientes  y en irreverente complacencia , su desnudez abrasada por el látigo que agita un ángel negro.

Desenvaina la amargura y la afilada lanza que empuña en su crepuscular  coreografía, como un fuego que incendia la maleza entregándose insolente al crepitar de las llamas.

Y bautizada en su locura en aquel holocausto, un vendaval dispersa sus cenizas en sinuosos remolinos en la ribera. La luna reclama sus espejos, allá donde la crecida del río ondea libremente.

             Un ácido perfume
        cabalga en la corriente,
           y expande su aroma
              al rayar el alba. 

 
04. 2012 

miércoles, 2 de mayo de 2012

BEQUERIANA

...Somos caminos de un mismo horizonte,
riberas de un mismo río,
y una imágen.

Islas de rocío enlazadas a la noche,
siluetas de un ensueño que nos sueña
bajo los árboles.

Como el mar a la playa tu me abrazas,
como dorada arena despierto entre tus olas.
Somos reflejos de un mismo poniente,
y el rumor de la brisa en el aire.

Frondosas ramas de un roble,
pétalos que de un mismo tallo florecen,
y un eco de luz en el valle.


1994