martes, 5 de julio de 2011

cuando el adios se acerca...

            A veces tiemblo cuando siento girar las inquietas sombras en torno al vacio... oscura llamada  que nadie contesta.
            Entre las ondas de la solitaria orilla, un cuerpo desnudo se entrega a la noche. La luna acaricia el velero extraviado de su memoria.
            Y la madre... canta  acunando en su regazo el solitario rumbo ,  en  su mar de sueños , lejano vaivén hacia el poniente ; con sus ojos entornados en un dormitar tranquilo, y la niebla en su rostro como tul violeta donde la sonrisa espera pacientemente que los ajetreados días se desvanezcan.

escrito en Junio 2001


mi hermano Daniel

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