El pozo de la melancolía

          El pozo de la melancolía y su atrayente aroma cortejan el veneno que le consume y le domina como un sopor de tierra yerma.

      El  cortante filo  que  envanecido  alivia la inconsistencia de su dolor,  apenas si ejecuta en su crueldad el codiciado bálsamo, donde todavía suplica, con su insaciable agonía.

        ¿ Por qué le seduce  una  reyerta  imposible si su reino se destruye y arrojó a los acantilados el estandarte que con altiva pasión alzaba su brazo ?

            Tan  sólo  perdura  esa  conmovida nostalgia, ensayando dulces acordes de un amor que fugitivo se aísla detrás de invisibles muros de frío.  Aquel afán murió en las alambradas, desolado, sin que nadie se detuviera al escuchar aquella ensangrentada súplica.

                El desdén convierte en máscara la miseria que ignora, y reverencia con avaricia su perverso vacío.

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            La  sombra del faro avanza en su cuerpo ,  ebrio de la desesperación que le contiene como perfil de un ensayo de inocente destino.
           ¿Hacia qué puerto navegó el errante vacío en su desahucio como fiel guardián de un poderoso secreto?
               Se inmolará en las aguas del océano...  cuando la tempestad y la deriva posean la voluntad que desfallecida se doblega.
              El  viento  del estío precipitará  en  las rocas los últimos restos de aquel extraño naufragio.


                       Un ciego vagabundo un día, deambulando en esos senderos, con paso inseguro y desorientado, cuando la brisa acaricie su curtido rostro y el rumor de la olas alimente sus oídos, recordará ...  aquel al que llamaban "el mendigo sin nombre".


                             ....La quimera se protege a sí misma , como altiva marioneta que ejecuta el espasmo de su muerte en su fingimiento de vida.


05.2011