
cuando el viento de la noche
transforma su silueta.
Alma que sin contornos vaga
en la soledad que le contiene
como un claustro soberano,
para no perder su esencia.
Los cielos protegieron
en vano su caminar,
un negro fuego abrasó
el trayecto de sus huellas.
El amanecer circunda las ruinas,
perfil de un último sueño,

entre las nacientes hiedras.
Tallada está la herida
que con candente hierro
dejó aquel naufragio
en su perfil de inocencias.
Escucho su voz entre las hojas
que embestidas por el viento
tiemblan y doradas brillan
en el atardecer violeta.
04.2011
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