La tardía luz de la bahía
mece la niebla en las aguas.
Su tímido rumor me acoge
y me envuelve en su promesa.
que la nostalgia recuerda.
Y en su soledad reposa
la distancia como un sueño.
Brisa que abraza horizontes
en su danza libertaria,
y en su oculta romanza
mi ser tiembla y se conmueve.
Ayer su presencia adiestraba
una caricia en mi piel,
y extrasisada se alejaba
en su silencio insondable.
Altivo es el dolor como el filo
que el viento del sur consuela,
cuando el alma no puede alcanzar
sus pasos en la alameda.
Y mirando alrededor

busco su huella en la orilla
para encontrar el camino.
El velado azul del cercano
amanecer me detiene,
la magia desdibuja aquella imágen
guardada en la memoria.
Y dormitando nuevamente,
con un blanco cáliz de olvido en mis manos
apuro su licor amigo
y su sopor me contiene.
05.2011
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