sábado, 23 de julio de 2011

En las vías del tren


             ¿Es acaso el sueño de aquel viajero que perdió su memoria en el envejecido andén cuando su tren pasaba de largo?

                                                                       *****
            La traicionera memoria musitó un nombre que hizo temblar sus labios mientras una lenta lágrima se deslizaba por su mejilla
              
             Espera, espera... se escuchó una voz entre el ensordecedor ruido de los vagones en las vías; pero la enajenada desesperación que anidaba entre las rejas de los agujeros de su mente, dibujó una silueta al otro lado del laberinto de oxidados raíles... Tras un desgarrado grito cuyo eco resonó como un trueno en una oscura gruta, el más aterador de los silencios tiranizó aquel atardecer.

             El viento del sur que embalsamaba aquel instante, secuestró el único objeto que guardaba aquella vieja maleta.

            Desde  aquel  día,  a  la misma  hora,  cuando  el  tren de  la  tarde apenas si se detiene un momento y sigue su curso, alguien deja en ese mismo lugar una rosa roja.

           Dicen,  que  en las noches del otoño un  viandante se pasea por aquel abandonado andén, buscando su maleta, mientras sus labios repiten como una letanía un extraño nombre.  Yo lo ví vagabundear por ese lugar, sus vidriosos ojos me miraron vacíos de contenido mientras decía: " ¿Estas ahí? estaba esperándote ..."

                                               *****
          Erráticos  pensamientos perfilan contornos en mi mente ... Hace tiempo que yo pude perder toda esperanza, y con ella toda mi alma en ese triste andén.  Hoy compendo la nostalgia que embargaba ese tiempo, y que la hondonada de su melancolía cogió mi mano llevándome como en un sonámbulo paseo, al camino donde la primavera siempre me dá su bienvenida.

           Y el atractivo poder  de los raíles se fué diluyendo en la hogareña rutina de los días.


02.2011
              

            

No hay comentarios:

Publicar un comentario