De las altas almenas
a las simas escondidas,
volaste como un ave sin rumbo...
Y en el oscuro cauce de tu herida,
al mar navegaste nuevamente.
La luz del horizonte,
brilló trazando tu sendero entre sombras.
Cruzaste abismos insondables y océanos tempestuosos
entre afiladas lanzas y ángeles guardianes,
velero sin amarras,
anclado hoy en la desierta bruma
de tu corazón desorientado.
...Otros días amanecen de nuevo entre fantasmas y agonías
y temblorosa despiertas en la orilla de un amargo tiempo,
frágil y sin raíces,
solitaria amapola entre airados vientos.
****
Volverás, amiga mía, a recobrar tu anhelo en la disipada niebla
retomando una vez más la sonrisa de la infancia
a través de antiguos deseos y nuevos caminos.
Volverás, amiga mía, a cruzar los prados de tu olvidado cielo
y en un lienzo de estrellas dormirá el vaivén de tus horas.
Y siempre habrá una mano amante
allá donde tu mano se ofrezca,
rescatando la ilusión que un indomable vendaval de glaciares
atrapó en los riscos de la pena.
Se llenarán de luces tus ojos
y tornará el color a tus mejillas.
La cálida brisa de un atardecer tranquilo
cubrirá de silencios tu frente con su amable siesta.
Y cuando coronen las soleadas cumbres
el último penacho del invierno
siempre volverá la primavera
a dorar la mies en tu acampada
año 1995
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