martes, 12 de julio de 2011

Por Oihane

      ...Llena de luz llegó a mi lado, encendió con su mirada el desprotegido tiempo y embelesada me entregué a su destino.

     Que extraños son los contornos de los días cuando la nave naufraga y el devenir de la esperanza se deshace como danza cruel en su desterrada y húmeda celda.

      Las cenizas cubren de dorado aliento la impaciente imágen de la muerte en nuestro afilado lenguaje, pero desde el amor de ese rostro empañado, grabado en el pergamino del recuerdo, vuelve a fluir poderosa la vida.

        El calor  de  sus  manos  me  devolvía a mi hogar, su aliento perfumaba en su cadencia mis noches de llanto, y una vez más, invitada por un nuevo sol en el horizonte, creí sentirme bajo el manto protector del milagro.


         Han pasado los años... y su música me contiene en su canon sin que mi airada herida pueda volver a disociarme. Y me acompaña la primigenia inocencia por el camino ya recorrido... Oteando el valle que se expande luminoso alrededor, se acomoda en la explanada y envuelve con sus nuevos ojos la opacidad de mi mirada.

            ¿Qué compasiva ternura la puso en mi destino ?    Tal vez fué el dolor quien decidió detenerse en esa orilla ... Quizás los cielos quisieron bendecirme.  Mis horas se desbordan agradecidas,  y el cruel deseo despeja su oscuridad.



         La magia está tan cerca a veces que apenas si llegamos a encontrarla, cuando te abraza su hoguera conquista y no debemos retirarnos.

                 Desatendida ,   la  soledad  intenta  enraizar  en  ese   lugar  casi  invisible  de  la  sombra que hemos construído con la vergüenza que una dolosa culpa nos reclamó en perturbadoras noches de insomnio, pero se acaba ya el tiempo de su  mediocre tiranía, y reverenciaremos el triunfo de un hermanamiento que restaura nuestra libertad  y  la  protege.

            El  caminar  se  hace  ligero,  el encuentro  amablemente  nos protege, con audacia defendemos su legado y con virtud construíremos su renacimiento. 
                        Más tarde ...  más tarde , morir será solamente un suave y hogareño sueño,  con la luz del primer abrazo que nos regaló la vida.  Y cuando la despedida se despoje de la tarea concluída y se distancie el eco en un postrer silencio ... ¿ Quién pronunciará siquiera un minuto aquel mensaje de los cielos ?

           Fuí heredera de promesas incumplidas, regazo de huérfanas tristezas, amante en el claustro de un reinado  furtivo; pero libre en mi pequeña pradera donde el silencio acogía el tímido gesto ermitaño y ausente...

            Y hoy, en un otoño que serenamente guia el lento y cansado paso, la luminosa presencia que  su amante  entusiasmo  expande a mi lado, rescatándome ilusiones y ternuras, transforma el rigor de las pesarosas huellas y ennoblece mi azarosa jornada.

        Mi destino se unió a sus primeros momentos ...  Una inalterable insignia rubricaba el reencuentro .   El enamorado del ayer me sonríe en el empañado vaivén de la memoria; y tal vez sus ojos, complacientes, me contemplan desde ...






Gracias Oihane           02.2011

 





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