viernes, 1 de julio de 2011

suspiro

La dulce huella de una reposada tristeza de ayer aún permanece junto a mís días, pero un nuevo sol asoma por el horizonte y ya , de pronto, me invade el cenit del mediodía. Guarda su estela de luz... y la templanza me acompaña, inefable amiga que guardas secretos que nunca podré alcanzar aunque en mi mano tiemblen con emoción.
 

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