
ya vuelve a cerrar su concha
el amor desorientado
en el claustro de las sombras.
Rompió diques y vallados
en su furia silenciosa,
inundando los senderos
del camino de sus horas.
Quiso abarcar anchos mares
en la cresta de sus olas,

entre solitarias rocas.
¿Por qué le abrazan anhelos
y le secuestran auroras,
si le esperan tempestades
atrapadas en su forja ?.
Gestos mudos sin palabras,
como un vendaval de antorchas,
le cercan entre malezas
y en su sima se desbordan.
Yermos prados va sembrando

semillas de soledades
y esperanzas silenciosas.
...Y vagando entre cipreses
su silueta se abandona
entre sonrisas y lágrimas,
entre zarzas y amapolas.
1995
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