¿Por qué me buscan tus ojos?
¿Por qué tu voz me reclama?

en un claustro sin palabras;
silenciosos ya los días,
sin esperas ni llamadas.
No me nombres que hoy se aleja
mi corazón de mi casa.
Ay!, destino, yo quisiera
dejarme morir el alma,
maniatarla con las rejas
y los yugos de su calma.
Distanciarme en los caminos.
Desvanecerme en las aguas...
Pero tu aliento de luz

Te acercas... y yo sonrío;
tus tibias manos me enlazan
a través de la penumbra
de mi orilla solitaria.
Tu vida me graba cercos,
tu afán me acorta distancias,
siembra sueños en mis noches
y alienta mis tristes alas.
Quizás ayer dibujé
senderos en tu mirada;
un inefable paisaje...
Y hoy su horizonte me llama.

¡Amarra en tu amor mi barca!
Que no me ausenten naufragios
ni me ciñan alambradas.
Quiebra mi lamento oscuro,
que no entibie tu esperanza,
tu soñarme entre los páramos
de la inquieta madrugada.
¿Por qué te buscan mis ojos?
¿Por qué mi voz te reclama?
1990
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