miércoles, 17 de agosto de 2011

La juventud se ha desvanecido

       La juventud se ha desvanecido como un beso furtivo en el oscuro perfil del tiempo, pero todavía el corazón como errante peregrino desea apurar su incansable viaje.

         Los  sueños  no mueren y en su incansable prado una y otra vez reclaman la primavera para florecer en sus orillas, y aunque la nieve rezagada deshoje los primeros brotes, la exaltada estación abre su amante regazo tallado de promesas, palideciendo de  emoción como una joven novia, mientras, el  transparente rumor del agua repite su ondulante estrofa.

          Quizás   deba  ya dormitar el incansable viajero de la rutina de su predestinado trayecto, dejando que el viento y la lluvia ignorantes de su deseo tracen el cambiante surco en el camino.

        El  eco  de  tu  voz,  mi viejo  amigo,  me  llega  desde los  ramales, y el delirante empeño se asoma a su espejismo para secuestrarme. Largo  y extraño fué el adiós apenas susurrado  en el atardecer de aquel otoño , como sombras deslizándose atrapadas por la espesa bruma...

     La  promesa  no  pronunciada y un nostálgico rubor de esperanzas intenta empujar mis pasos en el huérfano sendero;  pero como el viajero que ya cansado se deja vencer por el sueño, quisiera yo también, al abrigo del frio, en cualquier lugar desconocido, cerrar los ojos y apaciguar el inquieto latido, que con insistencia quiere llegar hasta tu puerta.


 1999                                               
                                                       

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