...Alguien llama entre las aristas de mi vida
pero mi corazón está dormido
y ya no puedo escucharle.
Dejo que mis flores se marchiten
en estos días apacibles
para que el fuego del amor descanse.
¡Ay , lejano horizonte!
Ya toqué con mis manos tu cresta de luces.
El lienzo de los años oculta aquella respuesta
que nunca encontré,
y el río sin retorno de las horas
dibuja su incierto rumbo
hacia la mar embravecida.
Y todavía me asombro cuando el viento
traer rumores de primaveras,
como si abriera mis ojos al mundo por primera vez.
¿Dejó de sangrar la herida?
Despojada ya de viejos vestidos y cansados gestos
sólo queda el último soplo de un aliento inocente
hasta que pueda encontrar
el secreto de los sueños perdidos.
...Lentamente el otoño nubla mi tez
y el día se desvanece.
Extraña noche,
no busques la palabra que ya he olvidado,
deja que repose junto a tu quietud
y pueda dormir para siempre
sin despertar a través de otros siglos.
1995
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