martes, 9 de agosto de 2011

Se vistió mi cuerpo...

       Se vistió mi cuerpo de espinas
     para poder sonreir libremente.
     Y hoy fingiré que estoy dormida
   vagando en las aristas de los muros.
      Pero el llanto de mi despertar es tan hondo
          que ni siquiera un dulce amor le consuela.
          ¿Acaso se abrió la cárcel de la locura
       y al huir desgarré mi piel en su alambrada?

    
                                                1989

                                

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