Todo alrededor parecía dormitar en una blanda y silenciosa niebla. Su espíritu vagaba todavía entre las ramas de los castaños; pero no dormía, tan solo esperaba sin saber por qué, que su secreto pudiera relatar nuevamente la historia que ya había olvidado, aquella que un compasivo manto de silencio lentamente iba borrando.
Mientras, su rostro bañado de luces como al trasluz de una vidriera multicolor, devolvía una y otra vez los gestos y las palabras musitadas a su alrededor, pero nadie de aquellos que le acompañaban podían comprender.
Lejos de cuanto quisiste amar,
corazón sombrío,
¿cómo podrás volver a sonreir?
*****
Ella esperaba un día más tras los cristales de aquel ventanal. Una tímida sonrisa secuestraba su melancolía al evocar aquellas palabras que él susurraba en su oído... La memoria es traicionera y el eco perdura insistentemente , como sutil magia de una fantasía.
El sonido que deja tenuemente el viento en los setos le alerta, como si unos pasos se deslizaran ahítos del encuentro.
Pasan minutos sin medida , hechizados de su inercia. Pasan horas, y días, y noches inasibles, como súbitos fragmentos de un lejano sueño. Y lentamente languidece en su marchita mansedumbre.
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