La noche...( Desde la ventana)4º de 4

            La noche,  extrañada  de sí misma araña las estrellas.  Los ojos , entornados en el muro de la memoria, húmedos de antiguas lágrimas se dispersan en el confuso vaivén de la desnuda pared de su solitaria estancia; la turbiedad del reposo trasmuta los sueños y abre intransigente sus puertas al abismo.

           La estampa de un desfigurado recuerdo emborrona la única imágen que iluminaba la frontera; y un espeso y ácido sudor esconde su cuerpo en los pasillos de un interminable laberinto.

            Esa mano tendida que el delirio mostraba desaparece y , solo el eco de una voz que se aleja lentamente, acaricia un breve momento pronunciando su nombre, como si no le perteneciera.


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          En  un  esfuerzo  que  el alma apenas puede alcanzar, evoca los restos de aquel día... aquel día donde la luz del sol saltaba en la nieve y como en el relato de un mágico cuento, él se sentó a su lado dejando que apoyase la marchita cabeza en su hombro, mientras una melodía tantas veces escuchada, susurraba a su alrededor como sutil letanía.


        -  Quédate junto a mí - repetía en su mutismo. Y en vano intentaba aferrarse a esa mano amante... La fugacidad deshace el bondadoso éxtasis de aquel momento, dejando en su yermo lugar la disonancia de una invisible huella.


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        Cuántas noches envolvieron su fiebre entrecortadamente, sucumbiendo a un desaucio de promesas y esperanzas.  Recrearse en las desnudas esquinas le conmueve y sonríe, porque entre sus danzantes sombras, como juguetones duendes, evoca una dulce mirada que le contempla  y en su brillo se dibujan los contornos de su rostro.

       -Quédate junto a mí...  - repite una vez más, 

    débilmente , en el letargo donde dormita.

                   04.2011 (PAISAJES DE INVIERNO)