Galopando hacia la luna,
amazona de la vida,
salta sobre los muros
en su pasión encendida.
Con el viento en sus cabellos,
canta, rie, llora y grita,
y cuando el atardecer
sonroja el cielo, suspira.
Una nostalgia le llama
entre arbustos escondida,
y en sus raíces escucha
su secreta melodía.
Y danza bajo la lluvia
entregada a su caricia,
con los ojos entornados
y la piel mojada y tibia.
Un aliento le extremece
como abierta celosía,
y en la fuerza de sus alas
rescata a su antigua niña.
Guardada está su penumbra
en una lejana orilla,
donde la corriente fluye
de azul y verde vestida.
Mirando un nuevo horizonte,
por la noche y por el día,
con su libertad galopa,
amazona de la vida.
10.2011
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