
de mis pasos en la niebla,
en silencio y sin oriente,
despidiendo primaveras...
Atrás quedaron los sueños
cubiertos por la maleza,
dormidos en el mensaje
de su vaivén de tienieblas.
Tranquilo el atardecer
en su descanso me lleva,
por otras claras orillas,
a través de otras aldeas...
¿No escucharé tu llamada

Nunca despiertes la sombra
que tras de tus pasos tiembla,
aunque el alma se te rompa,
aunque el llanto te detenga.
*****
Aliento escondido y tibio
que brillas en las estrellas,
deja que duerma la herida
que la pena dejó abierta.
1996
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