amarre tu cuerpo a mi cuerpo...
Y las alas se quebraron
entre sus rejas de fuego.
Se fué secando el caudal

y hoy la tierra yerma envuelve
en su epitafio aquel tiempo.
En el centro de la muerte,
con su reyerta de hielo,
afilando sus espacios
el adiós me fué envolviendo.
Un redoble de esperanzas
fluye en vano con el cierzo,
y entre afilados peñascos
tan sólo se escucha el eco...
La alameda se deshoja
lentamente como un sueño
que embiste a la fría noche

Corona el dolor mi llanto
cincelando los recuerdos,
que desfilan entre sombras
orgullosamente ciegos.
*****
El amor de nuevo tiembla
en el umbral del destierro.
Amigo, ¿acaso me llamas?...
¿Tu voz suena entre los setos?...
09.2011
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