sábado, 3 de septiembre de 2011

Me miras y sonries



Me miras y sonríes,
eterna imágen de mi vida.
El tiempo ya concluye
y todavía no encontré el final del camino.
Los árboles del sendero
se cierran alrededor de mis pasos
y ya no puedo otear el horizonte...
El mediodía declina
y la oscura noche detendrá mi búsqueda.

Me sentí mendigo en tu puerta
y pude entregarte un inmenso mundo de amor,
pero tan solo un anhelo escondido
floreció en mi jardín.

Largo fué el vaivén de los años,
deshazonada y amarga la travesía...
Pero acaso,
cuando mis pies cansados
se graben en la arena del último día;
cuando aquéllos que amé
aún me llamente dulcemente entre luces y sombras,
sabré que no fué en vano
mi caminar entre zarzas...

Y cerrando para siempre
el libro de este extraño peregrinaje,
donde risas y penas se confunden
con su transparente y delicada túnica.
Mi fiel compañero:
¿cogerás mi mano cuando cruce el umbral
de los  prados sin retorno?

1994

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