lunes, 5 de marzo de 2012

Devano la madeja...





Devano la madeja de recuerdos
que me devuelve a mi primera morada,
pero su hilo es frágil y se rompe
cuando entre espinos se engancha.

Tal vez no deba retornar por la senda
tan arduamente trazada en mi vida,
posibles son atajos y puentes
que cruzan torrentes y barrancos.

Antes de que la última noche me ampare,
quisiera tocar, con el temblor 
que en mis manos ya se instala,
aquel tronco del sauce que acogió mi pena.

Pero solo encuentro piedras desnudas
en el lugar donde se alzaba,
como premonitoria losa que espera
acoger mi cuerpo en su silencio.

...Cuando tú, antiguo amigo, 
ajeno a todo pasees por esa ribera,
donde el agua onduladamente
se dirige hacia el sur en su recorrido;

al detenerte un momento en ese lugar
escuchando el rumor de la corriente,
mientras la primavera asoma en la arboleda
y los tréboles se agrupan en el verde suelo...

Recuerda tan sólo mi nombre,
pero no lo pronuncies.
Mira hacia el horizonte al atardecer,
y sonrie, para que yo te contemple.


03.2012


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