miércoles, 25 de abril de 2012

HOY...

            Este día es extraño.
    
     Como si quisiera pasar a hurtadillas , entre indefinidos contornos.  Casi evitando mi presencia para no mirarme directamente a los ojos.

         ¿  Quizás  soy yo quien le perturba ?  ¿ Acaso  es  mi  sombra,  deslizándose con  amargura  quien  se  apropia  de  su aparente  libertad ?

      Hoy,  es  un día que se tiñe de antiguos momentos, incisivo, como una flecha disparada por trazos de memoria herida , reclamando la inocente presencia de sus horas.

     Quiere ser  mi  amiga  y  no  se lo permito;  rechazo su confusión, su brumoso desnivel  . Quiere donarme su esperanza, pero el dolor dibuja aceros de ira en mi mirada.

      Si pudiera... atraparía un fragmento de mi muerte para dejarme caer en el lecho, sin siquiera ser consciente de mi agonía.

     Alargo  mi mano en la penumbra intentando alcanzar la certeza  de  mi  ser , pero el decorado se aleja delirante.  Y cuando nuevamente doy otro paso, se aleja otra vez  como un ondulante espejismo .

    Desangré mis lágrimas y solo quedó la súbita sequía , como rehén de su miseria,  en un instante  violento y despiadado en su soledad.

   Hermosa soledad que tanto me acompañas, te deformas y envejeces junto a mí , y desierta de tí misma te arrancas la pasión que te alumbra y tanto atesoras... Pero mira bien,  ¿ que tienes en tu cofre que con devoción proteges ?  Harapos de nostalgias . Polvo de indómitos tiempos ...  y un vacío, sí, un vacio que ocupa un lugar inmenso y lo amuralla para perpetuarse en su orgullo.

    Tiemblo esperando en el dintel pintado en una esquina del hogar , anhelando la llamada de unos nudillos que toquen en su irreal puerta...  El silencio embalsama la espera.

    Mientras, abiertas  todas  las ventanas  sólo  dejan  que  pase  el frío viento como ejército salvador . Pero yo ya no lucho por transformarle, caigo lentamente al pavimento , mientras, una oscura coraza de piedra permanece en pie, altiva e inmóvil  como una estatua, guardiana de la fragilidad que colorea mi piel .

      ¡Y aquel abrazo rechazado no puede sostenerme ; en mi furor destrocé su generoso gesto, tantas veces !  Ahora nada más queda el invisible resto que sus cenizas dejaron en el rellano.

      Este día es extraño y sucumbe en su ensayada mansedumbre, como un viejo guiñol que rebelándose se enreda entre sus cuerdas hasta axfisiarse en el vano intento de escapar de sus redes.

   Las  suturas de la vida se abrieron de golpe
 como si un rayo implacable las hubiera rasgado.


24. abril.  2012

      

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