viernes, 13 de abril de 2012

COMO AIRE ENTRE LAS MANOS.



    Una esfinge de arena detiene el exilio
bajo el reflejo que la luna talla en su frente.

En sus ojos , un lindero delirante,
tenaz herencia de huestes desorientadas
entre el métalico ruido
de sus rígidas armaduras.

Cabalga con vaivén de ave nocturna,
hendiendo la huella en las dunas fugaces.
Buscando un oásis sin rumbo
donde los pétalos rasgan utopías.

Metáfora de su estandarte el recuerdo
furtivamente dibujado en la coraza,
relatando leyendas de dioses extinguidos
en feudos de su milenaria majestad.

Como aire entre las manos su miseria
sesgada de inútiles oropeles,
en el cuenco hambriento de sus entrañas,
y en el estéril sudor que rezuman.

Bebe el último caballero su vacía vasija
vertiendo polvo de arena en su boca;
apenas si puede humedecer sus labios
evocando la sal de sus lágrimas.

Alza su espada en un prescrito desafío
clavando su filo en el portón del espejismo.
...Sucumbe en el limbo en un dorado sueño
que finge agua fresca en su febril cabeza.

Y , sigiloso, el escorpión redime aquel destino
con un beso de muerte en su aguijón.


04.2012

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