viernes, 30 de diciembre de 2011

¿Para que soñar...

¿Para qué soñar 
si ya, el día concluye
y la estación de los hielos
blanquea los prados silenciosos?...

Cuando por el horizonte caminaba
ermitaño aquel afán, casi a hurtadillas,
¿no recuerdas que entre lágrimas y sonrisas
pronuncié tu nombre llamándote, 
y sólo el rumor de la lejanía
devolvió el eco de mi voz como un suspiro?

*****

Cerraré este extraño libro 
donde mi tiempo está escrito
sin que su historia concluya.

Y sin embargo,
todavía hoy,
mi piel tiembla y se extremece
en brazos de un encendido amor,
y en el brillo de su mirada
contemplo de nuevo el amanecer. 

*******

El largo invierno me envuelve
en su llanura como un éxtasis,
en un anclaje de esperanzas
que apenas si me conmueven,
y en su secuestro cierro los ojos.

El tañer de una campana a lo lejos
rompe su blanco  silencio...

1995 -2011


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