viernes, 9 de diciembre de 2011

La soledad trazó...



La soledad trazó un insalvable vado donde pudo sobrevivir,
pero el canto de los ruiseñores se alejó del sendero, 
y tan solo el loco transeunte
que viaja en busca de su incierta sombra
se acerca a su lado pidiendo una socorrida moneda...

El amor, oculto,
adiestraba en su semblante el esbozo de una sonrisa
como un bello sueño tejido para olvidar.
apenas conmovido en su precaria penumbra.

Hoy,
cuando se desvanece el extraño afán que apenas le alentaba,
el silencio acaricia su mano,
solo el silencio,
amigo fiel de ceniciento rostro.

2000

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