sábado, 7 de julio de 2012

EL CORAZON DE NADIE





Apenas una sombra en el pórtico abandonado,
un trazo sinuoso como un interrogante;
delgada como mojada pluma...
lindando con la convulsión de la vida.

Unos ojos humillados mirando al suelo,
breve consuelo que le ampara
al contemplar las gotas de lluvia en la acera,
escuchando abstraído su música.

Extiende su débil mano ante el transeunte,
tres monedas tocan su palma,
el hambre suspira y su brazo tiembla...
caen las monedas rodando en los adoquines.

La noche extiende su capa con inercia
con un oscuro presagio en su cuenco.
Un golpe seco, un chirrido ambulante;
la sangre riega el pavimento en tres tenues trazos.

Y allá, en la soledad de una esquina,
la agonía abrasa al frío invierno.
La muerte saluda al amanecer de niebla
embozada en misericordiosa quietud.

Tres monedas...
Todavía permanecen,
mudos testigos
entre las grietas del empedrado
de la vieja calle que ensaya su lápida,
mientras , copos de ligera nieve limpian
la roja huella de aquel destino.

Virginia F.A.
07.07.2012

 

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