Voy robándome cada día
la alquimia de un epitafio.
La muerte corta el filo del susurro,
rasga el alarido en su impaciencia,
y sella con su tajo el lodo de la orilla.
¿Dejaron de cantar los ruiseñores?
la alquimia de un epitafio.
La muerte corta el filo del susurro,
rasga el alarido en su impaciencia,
y sella con su tajo el lodo de la orilla.
¿Dejaron de cantar los ruiseñores?
Hoy , el minuto tiene su gloria
en su solitaria pertenencia .
Un templo en ruinas
donde arrodillarse ,y quizás...
la letanía se transcribe
como un eco
en el viejo soporte de su bóbeda.
¿ El eco de dios enmudeció hace tiempo?
donde arrodillarse ,y quizás...
la letanía se transcribe
como un eco
en el viejo soporte de su bóbeda.
¿ El eco de dios enmudeció hace tiempo?
El delirio se engendra a sí mismo,
como candil de supervivencia.
Toco la humedad del muro
con mi rostro encengado en llanto;
ermitaña de mi suplicante anhelo,
siempre embozada
en el manto de la desnudez.
¿Todavía fluye el caudal de las aguas?
Arrastró los lirios en su torrente
al derretirse las nieves del invierno.
como candil de supervivencia.
Toco la humedad del muro
con mi rostro encengado en llanto;
ermitaña de mi suplicante anhelo,
siempre embozada
en el manto de la desnudez.
¿Todavía fluye el caudal de las aguas?
Arrastró los lirios en su torrente
al derretirse las nieves del invierno.
26.04.2013
Virginia F.A.
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