viernes, 26 de abril de 2013

Voy...




 Voy robándome cada día
 la alquimia de un  epitafio.
 La muerte corta el filo del susurro,
 rasga el alarido en su impaciencia,
 y sella con su tajo el lodo de la orilla.

 ¿Dejaron de cantar los ruiseñores?

 Hoy , el minuto tiene su gloria
 en su solitaria pertenencia .
 Un templo en ruinas
 donde arrodillarse ,y  quizás...
 la letanía se transcribe
 como un eco
 en el viejo soporte de su bóbeda.

 ¿ El eco de dios enmudeció hace tiempo?


 El delirio se engendra a sí mismo,
 como candil de supervivencia.
 Toco la humedad del muro
 con mi rostro encengado en llanto;
 ermitaña de mi suplicante anhelo,
 siempre embozada
 en el manto de la desnudez.

 ¿Todavía fluye el caudal de las aguas?

 Arrastró los lirios en su torrente
 al derretirse las nieves del invierno.



26.04.2013


      Virginia F.A.

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