sábado, 27 de octubre de 2012

A deshora de la vida





A deshora de la vida,
en la brújula que mis manos desorientan,
hoy... deambulo en el laberinto
que ayer fué ribera de arroyo claro.

La maleza desdibujó la senda
cuando la riada anhegó todo a su paso.
Apenas si ahora fluye el agua,
se atrinchera en mudas charcas.

Esquinas como silencios
se amparan en un automatismo
desde aquellos cotidianos rostros
que sonreían infantilmente.

¿En qué momento fué sentenciado
al abandono el vergel que cuidábamos ?
Las huellas se van borrando
en un barrizal de largo invierno.

Yo lo visito de tarde en tarde.
Y en el banco de piedra bordado en musgo
dejo un humilde racimo
de hierbabuena, romero y lavanda .

10.2012 

    Virginia F.A. 
         

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