lunes, 14 de enero de 2013

IN EXTREMIS






...Desliza sus dedos sobre
la blanca sábana,
húmedos como el rocío.

buscando quizás
en su ermitaño temblor
el litoral de sus recuerdos;

el tiempo los ha embalsamado
en un frío de mármol,
singular retablo de una vida.

El arco de cada pliegue
atesora un semblante
como lumbre que se apaga.

Y una sonrisa se insinúa  
en el perfil de sus labios
que sólo ella percibe.

La estancia, amable,
le contempla en silencio
con su olor enjabonado.

Un beso al azar,
una caricia furtiva, robada
al desdén de la despedida.

Le tiembla el rumor del alma,
ramaje que se extiende
en su fugaz letanía.

Los dioses van peinando
sus frágiles cabellos...
con un soplo de ausencias.

La respiración se distrae
sollozando aquella melodía
que nunca dejó de cantar.

Cárdeno, el atardecer,
se filtra por la ventana
entre sinuosos nimbos.

*******

...Está ya dormida.
Sólo dormida de sí misma
sin sueño del que despertar.

Sus párpados cuentan historias
mientras el aire deshace su ritmo
en los pliegues de las sábanas.

El cercano amanecer asoma
sin un ritual que le ondee
y tras el caliz de la vidriera

se filtra sigiloso
dibujando un azulado cerco
en el lirio de sus manos.
     

14.01.2013

 Virginia F.A.



            

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